Arzuaga Navarro se fundó a comienzos de los años noventa en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo, en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero. [break]
Su característico edificio de bodega de evocación monacal se muestra a los viajeros por la carretera nacional que une Soria con Valladolid en una de las Rutas del Vino por antonomasia en España, la Ribera del Duero.
Una de las características de la bodega Arzuaga Navarro es su vocación por la naturaleza, algo que queda reflejado en la geometría de sus viñas, impregnadas de sabinas, encinas y pinos mediterráneos. El máximo exponente de esta filosofía es su fincaLa Planta, situada a 8 kilómetros de la bodega, donde poseen más de 150 hectáreas de viñedo. La finca, que fue adquirida por Florentino Arzuaga en 1980, posee un ecosistema formado por más de 300 ciervos, 400 jabalís, muflones y otras especies.
En la vendimia, que tiene lugar entre los meses de septiembre y octubre, la uva se recoge en cajas de 15 kilos, evitando así la rotura de los granos y las consiguientes fermentaciones prematuras. El despalillado y fermentación posterior en depósitos de acero inoxidable completan este proceso de elaboración que se prolonga cuando el vino pasa a la barrica, produciéndose la unión de los aromas afrutados de la uva con los toques ahumados y especiados del roble.
Arzuaga Navarro tiene, además del honor de ser una de las primeras bodegas de la D.O. Ribera del Duero en alcanzar el millón de botellas de producción, el reconocimiento de ser pionera en el mundo del enoturismo en España, algo que comenzó a desarrollar ya en la segunda mitad de la década de los 90. Actualmente, dispone en las mismas instalaciones de la bodega de un hotel de cinco estrellas con una completísima oferta de spa y enoterapia.