Plantado en las cotas más altas de la D.O Ribera del Duero, a más de 900 metros, el viñedo de Valtravieso surte a la bodega de una uva excepcional, añada tras añada. [break]
Valtravieso es el nombre del paraje donde se ubica la bodega y significa “travesía del valle, de la val”. En la localidad de Piñel de Arriba, al modo de los grandes chateaux franceses, los viñedos rodean la bodega conformando un conjunto vitivinícola destacable, muy próximo a la llamada Milla de Oro de Ribera del Duero.
En Valtravieso trabajan con una filosofía que resumen en la búsqueda de unos grandes vinos aprovechando los recursos que la naturaleza les pone a su alcance, en su caso es sobre todo una uva de gran calidad. La peculiaridad de su terroir es que se encuentra a una altitud que supera los 900 metros, significativamente por encima del resto de viñedos de la Ribera del Duero. Esta situación convierte a los viñedos en perfectos para la maduración de las uvas, aprovechándose de temperaturas más suaves en verano y una buena exposición a la radiación solar durante el invierno. Los frecuentes vientos son también un efectivo método para conservar el buen estado sanitario de la viña.
La bodega, al frente de la cual está la familia González Beteré desde 2002, cuenta con 4 pagos en propiedad que permiten que el 80% de su producción proceda de sus propios viñedos. Estas fincas son La Revilla (la primera que se plantó en 1985), Santa María, El Obispo y El Buey.
Desde hace unos años la dirección enológica de la bodega está en manos de Ricardo Velasco, enólogo formado en Burdeos y discípulo de Michel Rolland. Bajo su batuta, se han introducido nuevos manejos más sostenibles en el viñedo de Valtravieso y algunas técnicas menos intervencionistas en bodega sin perder por ello de vista el estilo que caracteriza a Valtravieso: esa buena acidez que les proporciona la altura, y que tanto gusta a sus seguidores.