La parada más hedonista de nuestras rutas veraniegas tiene como protagonista a las burbujas. En ellas se concentra más sabor y aroma que en el propio líquido y la efervescencia es la clave en cualquiera de estos vinos. Los expertos dicen que en un champagne se pueden desprender hasta 30 burbujas por segundo, que salen disparadas en cuanto el líquido se libera del tapón que lo contiene. No te lo pierdas y no esperes a un brindis para disfrutarlas. [break]
Los espumosos son versátiles y suelen proponerse como el mejor maridaje para un aperitivo porque realzan muy bien los sabores. En verano, por ejemplo, las comidas se hacen más ligeras, los guisos son más marineros y arroceros, se picotea de forma incesante y se apuesta por el marisco y el pescado de calidad… todo, lleva a una copa de espumoso cuya temperatura de servicio y frescura invitan a su consumo en tiempo de calor, casualmente cuando más tiempo libre tenemos.
Precisamente la vecina Francia nos regala la mejor inspiración en forma de joie de vivre para disfrutar este verano de esos caprichos a los que alguna vez debemos abandonaros. El Champagne en mayúsculas, legendario, sofisticado y evocador de momentos placenteros: Veuve Clicquot, Bollinger, Roederer y Ruinart son nombres que representan muy bien este espíritu.
Para los que buscan espumosos patrios, os podemos recomendar tres propuestas muy diferenciales. Albet i Noya, con un espumoso 100% ecológico elaborado con las cuatro variedades típicas del Penedés por el método tradicional con degüelle manual y sin congelación. Por otro lado, destacamos también la definición y buen resultado del padre del cava valenciano: Pago de Tharsys, un brut nature con muy buen recorrido y original etiqueta realizada en cerámica.
Y un nombre para no olvidar, Recaredo, un cava gastronómico de elaboración artesanal y muy natural que ha resultado ser el mejor embajador de las bondades del Alto Penedés.