SotoManrique

Es primavera y andamos algo antojadizos de vinos disfrutones, así que nos hemos acordado de Jesús María Soto y su proyecto familiar en las inmediaciones de Rueda y nos hemos encontrado con una novedad: su blanco con más crianza hasta la fecha. [break]

Jesús María llevaba tiempo queriendo incorporar a su pequeño pero interesante catálogo un vino blanco con buena corpulencia y complejidad, y lo ha conseguido con La Orquesta, criado en tinajas de barro para que la fruta no pierda nunca el protagonismo que merece.

La Orquesta ha aterrizado en el mundo de la crítica con muy bien pie. El delegado de The Wine Advocate en España, Luis Gutiérrez, lo cató el pasado mes de octubre, antes de ser clarificado, y le dio una perspectiva de puntuación entre los 89 y los 92 puntos, nada mal para un debutante, demostrando que en SotoManrique juegan ya en la liga de los grandes blancos.

Este vino está elaborado con uva Verdejo y un pequeño porcentaje de Chardonnay que madura en viñedos de considerable altitud, a 850 metros. No son cepas excesivamente viejas, pero la composición de su suelo, muy arenoso y calizo, es óptima para la adaptación de estas dos variedades. Ya en bodega, el mosto fermenta parte en madera usada y parte en acero inoxidable, aunque la crianza se lleva a cabo totalmente en las citadas ánforas de barro, elaboradas ad hoc y artesanalmente en Cáceres. “Hemos ideado en ellas un sistema compuesto por un grifo que conecta con una bomba interior que realiza automáticamente un battonage diario sin tener que abrir la vasija”, nos cuenta Jesús.

Y aunque nos hemos quedamos muy sorprendidos con la elaboración de este vino, no desmerecemos a los veteranos de la casa: el también blanco Tinita y el rosado Naranjas Azules, pues ambos, además de estar en un momento perfecto para ser disfrutados, son claramente atractivos para el bolsillo.

Tinita Viñas de Verdejo nos garantiza una boca agradable, directa y persistente que nos ha conquistado desde el primer día, favorecida sin duda por el equilibrio conseguido en su fermentación, que tiene lugar tanto en acero inoxidable como en barrica de roble.

El rosado Naranjas Azules Garnacha, al que hemos visto en las cartas de restaurantes tan mediáticos como los de Alberto Chicote, es un vino para sorprender a cualquiera con ese seductor color rosa palo que le caracteriza. Por dentro es redondo, ligero y muy fresco, un acompañante perfecto para las cálidas tardes primaverales en los que el sol y nuestras ganas de saborear vinos frescos parecen no esconderse nunca.