Parker avala su consolidación en el Levante español
La últimas puntuaciones de Luis Gutiérrez (The Wine Advocate) consolidan a Mustiguillo como uno de los referentes del Levante español, donde se ha ganado a pulso su reputación de calidad. [break]
Y para muestra, un botón: Mestizaje tinto 2016, un gran ejemplo de la excelente relación calidad-precio que ofrece esta bodega, valorado además con 91 puntos Parker por Luis Gutiérrez.
Cuando Toni Sarrión comenzó este proyecto lo tenía todo en contra: Vino de Mesa, Bobal, sin denominación de origen y enólogo desconocido. En su pueblo le decían que iba a acabar con lo que su padre había construido, por hacer una vendimia en verde tan estricta. Tiraba la mitad de la cosecha al suelo para quedarse solo con los mejores racimos.
Lo podrían haber hecho otros, pero fue él uno de los primeros enólogos que creyó firmemente en la posibilidad de hacer grandes vinos con la Bobal. Por aquel entonces, se estaba convirtiendo en quien es hoy: el principal responsable de que los vinos de esta uva se codeen junto a los grandes y, además, cuenten con su propia DOP El Terrerazo, que ampara los que fueron los primeros vinos de pago del litoral mediterráneo.
Las cosas han cambiado mucho desde que en el año 1999 compraron la que se convertiría en Finca Calvestra, plantada con viña vieja del Alto Turia, de donde hoy salen sus vinos blancos. En aquella fecha estaba plantada con Bobal, pero no maduraba bien por estar a unos 900 metros de altitud. Así que decidieron reinjertar cada cepa de Bobal con Merseguera. En los libros se desaconsejaba, decían que eso funciona mal salvo que se esté muy encima, y lo estuvieron.
Así comenzó su gran apuesta por los blancos mediterráneos con carácter, y siguieron reinjertando la Bobal vieja con otras variedades como Viognier, Malvasía y una pequeña proporción de Xarello. El resultado de la mezcla de todas esas uvas blancas es Mestizaje blanco, un vino destacado por Jancis Robinson por ser "intrigante e inusual". Otra muestra de que los vinos de Mustiguillo son el resultado de haber transitado un camino en solitario que, más de una década después, la crítica y el público reconocen unánimemente.
En 1999 Toni Sarrión, responsable y enólogo de Mustiguillo, decidió apostar por la Bobal. En aquella época esta variedad era destinada a graneles y rosados de bajo precio.