En la sexta parada de nuestra ruta nos acercamos a una tierra de vinos de terroir: viñedos muy viejos y autóctonos, producciones limitadas, diversidad de parcelas y exposiciones, suelos muy pobres de pizarra y un mundo de posibilidades enológicas por descubrir. Mediterráneo en estado puro con vinos que te teletransportan a sus paisajes. [break]
La D.O.C Priorat Las viñas de este Priorato primitivo se asientan sobre "una sucesión interminable de colinas oscuras, ásperas, que se lanzan unas contra otras como si se tratara de olas gigantescas de un mar embravecido", tal y como lo describió un escritor.
A pesar de la aparente fragilidad de la pizarra, las raíces de las cepas tienen que hacer esfuerzos titánicos para hacerse paso entre el suelo pétreo y encontrar lo que más anhelan: una tierra fértil donde puedan absorber el agua y los alimentos necesarios para poder ofrecer el fruto más preciado. De las licorellas salen vinos como el Camins del Priorat, Martinet Bru, Les Terrases o el insuperable Clos Mogador.
La D.O. Montsant Es la denominación más joven de Cataluña. La semilla que motivó su creación fue el convencimiento de que los vinos elaborados en la subzona Falset disfrutaban de unos rasgos distintivos que les hacían merecedores de una denominación propia.
La D.O. Empordá
Para finalizar, en la denominación Empordá, se encuentran algunos de los proyectos más apasionantes que se han desarrollado en Cataluña en los últimos años. Los suelos son ligeramente ácidos y se sitúan en un maravilloso entorno boscoso con una muy privilegiada influencia de las brisas de la Costa Brava.