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En Alemania, el límite norte del cultivo de la vid en Europa, la variedad reina es blanca y se llama Riesling. Ningún otro lugar en el mundo es capaz de producir Rieslings con un perfecto equilibrio entre fruta dulce, acidez y mineralidad. Viajamos concretamente al oeste y al sur del país, siguiendo los bonitos meandros de los valles fluviales, en particular el Rin y sus afluentes, buscando aquellas latitudes con mayor insolación donde la variedad madura en las mejores condiciones. [break]
Resumiendo mucho, la Riesling posee dos grandes virtudes, cuando son jóvenes (hasta dos años después de su cosecha) son perfectos para disfrutarlos muy frescos en un día caluroso. Si se guardan, y esperamos unos 10 años, evolucionan muy bien en botella y se convierten en algo exquisito.
Hemos seleccionado tres vinos de diferentes terroirs para que podáis apreciar las virtudes de una variedad que es sinónimo de mineralidad en blancos. Empezando con Mosela, la más antigua y también la más grande, caracterizada por un paisaje de laderas y terrazas en pendiente. Mittelmosel es el corazón de Mosela y aquí se elaboran los grandes Riesling de la región, que provienen de viñas clasificadas en el rango más alto de calidad. Fritz Haag Riesling 2012 es el básico de una de las más legendarias y respetadas de Mosel y perfecto para los no iniciados.
En Nahe, al sudoeste de Alemania, los suelos tienen un pasado volcánico y esta circunstancia otorga unas cualidades únicas al terroir. La rara variedad de minerales y basalto ayuda a enriquecer los nutrientes de los que se alimentan las cepas y entrega Rieslings con un marcado perfil mineral, que se suele identificar con un sabor cenizo. De ahí proviene el Dönnhoff Riesling 2011, suave, agradable y ligeramente dulce al principio, cuando se atempera en la copa se hace evidente su origen mineral.
Y en Pfalz o el Palatinado los vinos tienen más cuerpo y son más redondos. Es una zona más apta para los Rieslings secos por su mayor número de días soleados y altas temperaturas. Los macizos montañosos de Haardt actúan como protector natural del frío y por ello la zona está considerada como la “Toscana” de Alemania. Aquí encontramos el Dr. Bürklin-Wolf Ruppertsberger 2012, es el más complejo de los tres, fresco, mineral e intenso, con una acidez vibrante que no se olvida.
Sus viñedos se encuentran en el corazón del Mittelmosel y atesora una larga historia. Fue mencionado por primera vez en 1605 cuando el pueblo se llamaba Dusemond.
Dr. Bürklin-Wolf es uno de los nombres más conocidos del Palatinado (Pfalz), la zona más prestigiosa para rieslings secos de Alemania.
La bodega de Nahe cuenta con 12 hectáreas de Riesling de un total de 16 hectáreas de viñedo para una producción total de unas 150.000 botellas.
De lunes a jueves de 09:30 a 18:30 y viernes de 09:30 a 15:30 (excepto festivos)
General: 91 198 12 37
Lu/Ju 09:30 a 18:30
Vi 09:30 a 15:30.
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