Casa Gran del Siurana

A las afueras de la localidad de Bellmunt del Priorat, a orillas del río Siurana, se encuentra una masía popularmente conocida como la Casa Gran. Se trata de una edificación con trescientos años de historia en la que antiguamente residieron los monjes cartujos del cercano monasterio de Scala Dei, la orden monástica que en el siglo XII introdujo la viticultura en una comarca que es hoy una de las regiones productoras más reconocidas del mundo: Priorat. [break]

La Casa Gran del Siurana se incorporó como segundo proyecto de Castillo Perelada en el año 2000, que ya había incursionado previamente en el Empordà con excelentes resultados. La bodega partía de una filosofía que buscaba aprovechar los rasgos diferenciales del terroir para conseguir vinos de alta expresión, por lo que la evolución lógica les llevó a ampliar miras y trasladar su pasión a una zona que levanta pasiones entre los más "terroaristas". 

Casa Gran del Siurana elabora tres vinos de los cuales hemos seleccionado dos en nuestro comité de cata. El primero de ellos es el GR-174, un nombre un tanto extraño para un vino pero no para los lugareños del Priorat porque se trata del nombre de una famosa senda de 72 kilómetros que cruza la comarca. Durante el recorrido los viajeros pueden contemplar paisajes abruptos y montañosos que se alternan con cultivos de viñedos y pueblecitos pintorescos.

En su tramo final, se adentra en el Parc Natural de la Serra del Montsant y pasa por ríos importantes de la comarca, como el Cortiella y el Siurana, permitiendo a sus caminantes visitar las ruinas de la cartuja de Scala Dei y las poblaciones de Falset, Porrera y Cornudella de Montsant, entre otras. En cuanto al vino, el GR-174 es una opción idónea para los que quieren un Priorat asequible. Placentero y fácil de beber, destaca por sus notas de fruta roja compotada y sus especiados con una boca fresca y sabrosa. 

Cruor por su parte es un vino que se pensó para ofrecer más complejidad y matices. Procede en su totalidad de la Finca La Fredat, un viñedo estructurado en terrazas que dispone de zonas a diferentes alturas y orientaciones. Esto permite la adaptación óptima de cada variedad, obteniendo una amplitud de matices dentro de cada tipo de uva que una finca de estructura tradicional no permite conseguir.

Si os gustaron los vinos de Castillo Perelada os recomendamos conocer su versión prioratina con esta pareja de tintos con buena relación calidad-precio.