Con soleras de más de 250 años, Argüeso es una de esas bodegas sanluqueñas que mantienen el encanto de lo antiguo y un sistema artesanal para elaborar sus manzanillas.
Tradiciones como la medida en jarra a pie de bota en bodega forman parte del día a día en Argüeso.
Uno de los responsables de mantener esas tradiciones ha sido el empresario y bodeguero sanluqueño Francisco Yuste, quien en 2006 compró Herederos de Argüeso con la intención de poner en valor su enorme patrimonio vinícola.
Marcas como manzanilla San León, premiada como mejor manzanilla del mundo en el International Wine Challenge 2017, y el amontillado viejo de Argüeso, procedente de soleras fundacionales de 1822 son dos de sus grandes buques insignias.
Los orígenes
Anterior a Francisco Yuste fue León de Argüeso, el fundador de esta bodega en 1822. Este burgalés abrió un pequeño negocio de ultramarinos denominado Almacén de Reloj en la calle la Bolsa.
El pequeño negocio fue prosperando progresivamente y adquirió viejas soleras e incluso una bodega (San José) en el callejón de Santo Domingo, la primera que tuvo el negocio, de más de 250 años de antigüedad.
Al no tener hijos, la fortuna de León de Argüeso recayó sobre sus sobrinos Juan y Francisca, quienes continuaron ampliando el patirmonio. De ahí la leyenda que refleja el escudo de la bodega con las siglas J y F.