La Chenin blanc en Sudáfrica

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La Chenin blanc es una uva blanca originaria del valle del Loira, en Francia, que debido precisamente a su zona de procedencia, también es conocida con el nombre de Pineau. Fuera de esta región francesa, la Chenin puede encontrarse en varias zonas del Nuevo Mundo, como Sudáfrica, Australia o Estados Unidos. Hasta allí fue llevada por viticultores franceses que, a causa de sus negocios o como consecuencia de diversas vicisitudes históricas, acabaron asentándose en estos lugares.

La característica principal de la Chenin blanc es su alta acidez, lo que la convierte en una uva ideal para elaborar vinos espumosos, como DeMorgenzon Methode Cap Classique, o vinos muy secos, caracterizados por su suavidad y su frescura. De hecho, esta es una variedad muy fértil y con una alta capacidad de adaptación que, además, da lugar a blancos con un alto potencial de envejecimiento en barrica, por lo que es excelentemente valorada por muchos viticultores en todo el mundo.

Un ejemplo de todas las brillantes cualidades que pueden apreciarse en un vino elaborado a partir de Chenin blanc es Le Parc 2015, un blanco con 97 Decanter que destaca por su frescura, equilibrio y alta capacidad de guarda. Este vino se elabora, además, a partir de uvas cultivadas en el valle de Loira, con lo que es posible apreciar en él las características más primigenias de la Chenin blanc. (Valium)

Concretamente, esta es la variedad más plantada en Sudáfrica, donde también es conocida como Steen. De Trafford Straw Wine 2015,  que recibió 95 puntos Tim Atkin, es un vino de producción muy limitada que demuestra con creces por qué esta es la variedad estrella en Sudáfrica. Raats Old Vine Chenin Blanc 2018, con sus 90 Parker, es otra clara muestra de la exquisiteces que pueden lograse en dicha región a partir de esta uva.

Tal vez el enorme éxito de esta variedad en la llamada Nación del Arco Iris se deba, entre otras cosas, a la extensa historia de la uva en la región. Según varias líneas historiográficas, la Chenin podría llevar en Sudáfrica desde 1655, cuando fue llevada hasta allí por Jan van Riebeeck, administrador de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Según esta teoría, la Chenin sería la primera vid plantada y cultivada en Sudáfrica. Otras corrientes, sin embargo, afirman que esta variedad llegó al país en 1685 a manos de los calvinistas que dejaron Francia tras la revocación del edicto de Nantes.

Lo cierto es que, no importa cómo, esta uva lleva más de tres siglos dando frutos brillantes en la región, tales como Spioenkop Johanna Brandt Chenin Blanc 2017, Jordan Inspector Peringuey Chenin Blanc 2018 o Rall Wines White 2018, vinos que destacan por su elaboración mínimamente intervencionista, de inspiración europea, por su complejidad aromática y por su largo potencial de guarda.